El Valor de Ser Rotario, ¿llevamos la insignia?

martes, 17 de diciembre de 2024

Viviana Von Allmen (RC de Santa Susanna)

Hace unos días nos hemos puesto a reflexionar sobre este hecho. En la vida diaria, nos cruzamos con decenas, tal vez cientos de personas: en el trabajo, en la escuela, en la tienda o en la calle. Cada uno de nosotros lleva una vida única, llena de desafíos, sueños, luchas y logros. Pero, ¿Qué sucedería si todos esos que encontramos en nuestro camino fueran rotarios? ¿Cómo saberlo? ¿Qué diferencia podría haber en el ser parte de un movimiento global como el de Rotary en las interacciones cotidianas, en las decisiones sociales y en el impacto global?

Nosotros como rotarios somos parte, de una organización que promueve valores como: la ética, la empatía, el servicio desinteresado y la responsabilidad social. Los rotarios no nos definimos solo por ser miembros de un club, sino por vivir según los principios fundamentales de Rotary: Servicio por encima de uno mismo, la amistad, la integridad, la diversidad, el liderazgo y el compromiso con la paz y el entendimiento mundial. Esta filosofía se extiende más allá de las reuniones del club, influyendo en la manera en que interactuamos con nuestro entorno y las decisiones que tomamos en el día a día.

Si todos los que cruzamos fueran rotarios, habría un impacto significativo en cada aspecto de nuestra sociedad. Imaginemos un mundo donde todos trabajáramos con un fuerte sentido de servicio a los demás, sin esperar nada a cambio, sino con la satisfacción de contribuir al bienestar común.

Nunca olvidemos que, uno de los pilares de Rotary es el fomento de la amistad y las relaciones interpersonales profundas basadas en la confianza y el respeto mutuo. Si todos los que cruzáramos fueran rotarios, el concepto de comunidad cambiaría por completo. Las interacciones serían más empáticas, más orientadas a comprender las necesidades del otro. Las relaciones de negocios, de amistad y familiares estarían impregnadas por un sentido de apoyo genuino y solidaridad.

También en lugar de enfocarnos en el interés personal o la competencia, se fomentaría una cultura de colaboración, en la que cada persona estaría dispuesta a ayudar a la otra, no solo por obligación, sino por el deseo sincero de hacer el bien. Los rotarios entendemos que el éxito no es un esfuerzo individual, sino una tarea colectiva, y que el bienestar de uno se refleja en el bienestar de todos.

Si todos fueran rotarios, viviríamos en una cultura profundamente diferente a la actual. En lugar de enfocarnos en el "yo", el "nosotros" sería el centro de nuestra vida. Las personas actuarían pensando en el impacto que sus acciones tienen sobre los demás y sobre las generaciones futuras. Habría una conciencia colectiva de que, al ayudar al prójimo, no solo mejoramos su vida, sino que también mejoramos la nuestra.

Ser rotario no es solo una etiqueta, es un compromiso con un mundo mejor, basado en la ética, la empatía y el servicio. Si todos los que cruzamos fueran rotarios, viviríamos en una sociedad más unida, más compasiva y más comprometida con el bienestar colectivo. La insignia rotaria sería el símbolo visible de esta visión compartida, conectándonos a través de un propósito común: mejorar la vida de los demás. Si eres rotario, ¿Por qué no llevas tu insignia rotaria con orgullo para que la gente pueda inspirarse en ti y te pueda reconocer? Que bueno es, que cada rotario lleve el pin como signo de identidad y de pertenencia a Rotary y así dar a conocer nuestros valores. Si todos los que nos cruzamos fueran rotarios, ya no necesitaríamos llevar el pin que nos distingue como miembros de Rotary.

Aunque el mundo no está todavía en ese punto, cada uno de nosotros tiene la capacidad de vivir los valores rotarios y, poco a poco, inspirar a otros a hacer lo mismo. Si todos adoptáramos la filosofía del servicio por encima de uno mismo, probablemente estaríamos un paso más cerca de un mundo más justo y equilibrado, donde la paz, la salud y la prosperidad no sean sueños lejanos, sino realidades alcanzables por todos. Hasta que no alcancemos este objetivo, hemos de procurar llevar siempre el pin para que cuando te cruces por la calle con un rotario puedas compartir la alegría de saber que no estás solo y que estáis unidos en la misma misión.


V.vA